Disolver una sociedad con deudas
Finalizar un proyecto empresarial y proceder a la disolución de la sociedad es una decisión muy complicada de tomar, pero ineludible y muy necesaria. Pero si el caso que se presenta es disolver una sociedad con deudas seguro que es un proceso que genera muchas deudas. A continuación, detallamos como realizar el proceso.
Según el ordenamiento jurídico, una sociedad anónima o de responsabilidad limitada no se puede liquidar y resolver si tiene deudas. Pero disolver una sociedad con deudas, tenga activos o no, es imprescindible para evitar la responsabilidad del administrador de la empresa. Si la sociedad que se quiera disolver no dispone del suficiente activo para hacer frente a las deudas se debe proceder al concurso de acreedores. Aunque existen algunas alternativas más económicas y rápidas que no pasar por un proceso concursal.
En la disolución de una sociedad se procede a cumplir las deudas con todos los acreedores con el activo que la sociedad disponga. Posteriormente, se puede proceder al reparto activo entre los socios de manera proporcional a su participación en el capital social de la sociedad. El proceso lo gestionan los liquidadores que de manera habitual son los propios administradores. Únicamente se podrán repartir los activos que quedan en la sociedad cuando sean liquidado todas las deudas.
Disolver una sociedad con deudas, pero sin activos
En este caso se puede disolver la sociedad a través de un concurso exprés, según el mecanismo que queda regulado en el art.176 bis de la Ley concursal relativo a las especialidades de la conclusión por insuficiencia de masa activa y también en el art.178 que prevé el archivo del concurso de acreedores por esta circunstancia. Para acogerse a este concurso exprés se tienen que cumplir una serie de requisitos: el administrador no debe ser responsable ni considerado como culpable y que no sea previsible una reintegración de bienes del patrimonio del concurso.