Jubilación activa de autónomos

Jun, 2025

Trabajar y cobrar la pensión a la vez suena a utopía, pero en el mundo de los autónomos es una posibilidad real. Se llama jubilación activa y permite seguir facturando sin renunciar al retiro. Eso sí, con condiciones muy concretas que conviene conocer al dedillo. Vamos a desgranarlas todas para que puedas decidir si esta vía es para ti.

¿Qué es la jubilación activa de los autónomos?

La jubilación activa permite a un trabajador por cuenta propia cobrar su pensión de jubilación y, al mismo tiempo, seguir desarrollando una actividad económica. Es decir, no tienes que colgar las herramientas del todo. Puedes mantener tu negocio o prestar servicios, siempre que cumplas ciertos requisitos y aceptes que la pensión no siempre se cobra al 100%.

Requisitos para acceder a la jubilación activa

Desde abril de 2025, los requisitos se han flexibilizado para equiparar a los autónomos con los trabajadores asalariados. Necesitas:

Haber alcanzado la edad legal de jubilación y haberla superado en al menos un año.
Tener un mínimo de 15 años cotizados, con al menos 2 dentro de los últimos 15.
No haber accedido a la jubilación de forma anticipada.
Estar dado de alta en el RETA como persona física (no societario).

Además, si estás adscrito a una mutualidad profesional (como ocurre con algunos abogados, arquitectos o médicos), también puedes optar a esta modalidad.

Cuánto se cobra con la jubilación activa

La pensión que recibirás no será siempre la completa. Todo depende de dos factores: si tienes empleados y cuánto tiempo hayas postergado la jubilación ordinaria.

Si trabajas sin empleados:

1 año de demora: 45% de la pensión.
2 años: 55%
3 años: 65%
4 años: 80%
5 años o más: 100%

Si tienes al menos un empleado con contrato indefinido:

Desde el primer momento: 75% de la pensión.
Si superas los 5 años de demora: 100% de la pensión.

Este modelo premia a quienes generan empleo, y busca incentivar la actividad económica sin castigar a quienes quieren seguir trabajando tras la edad legal.

Cotizaciones durante la jubilación activa

Aunque sigas en activo, no cotizarás como lo hacías antes. Las cuotas se reducen porque solo estás obligado a cotizar por:

Incapacidad temporal
Contingencias profesionales
Cotización de solidaridad (9%): obligatoria, pero sin generar prestaciones futuras

Esto supone una rebaja considerable frente a la cuota ordinaria, ya que solo se aplica sobre esos conceptos y no sobre todas las contingencias.

Ejemplos para entenderlo mejor

Imagina que tu pensión ordinaria es de 1.200 euros:

Si trabajas solo y has postergado un año: cobrarás 540 euros (45%) + ingresos de tu actividad.
Si tienes un empleado indefinido: podrías cobrar 900 euros (75%) desde el inicio.
Y si retrasas tu jubilación cinco años y tienes empleados: cobrarás los 1.200 euros completos.

Compatibilidad con otras actividades

Puedes compatibilizar la pensión con trabajos por cuenta propia siempre que:

No factures más del Salario Mínimo Interprofesional anual.
No sea una actividad habitual que te obligue a darte de alta en el RETA.

Este supuesto no es jubilación activa como tal, pero permite mantener ingresos mínimos sin perder la pensión.

¿Cómo se solicita la jubilación activa?

Aunque no se detalla en muchas guías, el proceso es sencillo:

Solicita tu pensión ordinaria a través de la sede electrónica de la Seguridad Social.
Una vez concedida, comunica tu intención de seguir en activo.
Aporta justificación del alta en RETA y, si corresponde, del contrato de tu empleado.

Recuerda que todo cambio debe notificarse a la Seguridad Social para evitar incompatibilidades o sanciones.

Conclusión: ¿vale la pena acogerse a la jubilación activa?

Si eres autónomo y no te ves dejando de trabajar de golpe, la jubilación activa es una opción inteligente. Permite mantener tu proyecto vivo, seguir generando ingresos y, al mismo tiempo, cobrar una parte (o el total) de tu pensión. La clave está en valorar si cumples los requisitos y calcular si te compensa en tu situación personal y profesional.